MITOS Y VERDADES EN EL USO DE COMBUSTIBLES

El consumo de combustibles es uno de los elementos que más preocupa a los conductores. Aquí aclararemos tus dudas sobre el tema.

  1. ¿Es mejor cargar combustible por las mañanas?

En teoría, cargar por las mañanas o cuando hace menos calor te permitirá ahorrar gasolina porque la tasa de evaporación es menor. Puede parecer excesivo, pero lo cierto es que la gasolina se evapora a gran velocidad. ¿Lo suficiente como para que de verdad lo notes en el bolsillo o para que te merezca la pena madrugar? Posiblemente no, pero aun así es un ahorro real.

  1. Evite cargar cuando haya un camión cisterna

Más que ahorrar, en este caso lo que evitarás son impurezas y trasladar parte de la suciedad del depósito subterráneo de la gasolinera al motor.

  1. ¿Las gasolinas con un costo por galón mayor, son las mejores?

Las gasolinas más costosas  en general son de mejor calidad (mayor octanaje), en la mayoría de los casos te ayudarán a gastar menos combustible y además aumentaran la vida del motor.

  1. ¿Consumes más cuanto más corres?

Es totalmente cierto, sólo que además de la velocidad también cuenta el estilo de conducción.

Lógicamente, un vehículo consume más si circulas a 120 kilómetros por hora que a 100 km/h y más todavía si lo haces con marchas cortas.

  1. ¿Se debe precalentar el motor?

Los vehículos actuales funcionan con un sistema de inyección que no necesita calentamiento previo. Evita gastar ese combustible calentando tu vehículo.

  1. No dejes que el depósito se vacíe

No esperes hasta que el depósito se quede vacío, carga a medio depósito o por lo menos a tres cuartos de depósito.

  1. Los automáticos gastan más que los mecánicos

Las cajas de cambio automáticas no generan un alto gasto de combustible en comparación con un auto mecánico,  varias marcas de vehículos han desarrollado sistemas de alta eficiencia. En general los autos hoy por hoy tienen un procesamiento acorde a la dinámica de cada vehículo y la diferencia entre uno automático versus uno mecánico ha disminuido a menos de un 5% gracias a las cajas secuenciales”.

En un inicio, los autos antiguos tenían cajas automáticas de muy pocas velocidades, por ende, era muy factible caer en marchas largas con tramos muy largos, donde el motor se demoraba en llegar a un estado más eficiente de performance y consumo. Además, como estas eran muy pesadas, la diferencia se acentuaba. Hoy las cajas automáticas son mucho más inteligentes, tienen tantas marchas como una manual, con modos de manejo y en algunos casos, también son más compactas, lo que ayuda a gestionar mejor la potencia del auto, minimizando o invirtiendo la brecha con sus semejantes mecánicas.

  1. Manejar en marcha alta a baja velocidad

Esta práctica obliga al conductor a pisar más el acelerador para mantener la velocidad. Esto provoca que la unidad de control ordene aumentar la cantidad de combustible dentro del cilindro, para mantener la potencia. Por esto es necesario manejar dentro del rango de revoluciones definido para cada marcha, que por lo general oscilan entre las 2.500 y tres mil rpm en un motor a gasolina.

  1. Inflar de más los neumáticos

Un neumático con menos presión de inflado, de acuerdo a lo recomendado por el fabricante, tiende a gastar más combustible, ya que su superficie de apoyo es mayor. Se cree que, si se aplica exceso de presión de aire en las ruedas, estas girarán de manera más fácil, por ende, el automóvil tenderá a moverse con menos resistencia. Si bien hay algo de razón, ya que un neumático muy desinflado podría provocar un aumento en el consumo de combustible, todo va a depender nuevamente de la carga que se le adiciona al vehículo. Hay que tener en consideración eso sí que esta acción lleva a cambiar un poco el estilo de conducción, sobre todo con pasos de curvas más lentos, ya que el área de apoyo de la banda de rodado del neumático se reduce, lo que podría producir una inestabilidad en la dirección y tracción del vehículo.

En resumen, echa el aire que indica el fabricante y que realmente necesites. Las marcas de auto han hecho incontables pruebas en sus modelos y por algo recomiendan cierto rango de presión, el cual podrás encontrar en los marcos de las puertas o en el manual.

  1. Evitar el uso del aire acondicionado

Muchos dicen que una buena medida para no gastar de más es apagar el aire acondicionado y dejar entrar aire por las ventanas. “Lo que se desconoce es que desde los 70 km/h la turbulencia que se genera por el aire que entra produce un efecto de frenado sobre el vehículo, aumentando más el consumo que si se tuviese el aire acondicionado encendido. Por lo tanto, siempre será recomendado utilizar el sistema de enfriamiento por sobre la velocidad indicada anteriormente. Cuando se maneja en ciudad (velocidad máxima 60 km/h), sí se cumple el mito”.

  1. El tipo de gasolina ayuda a ahorrar

Técnicamente, el octanaje es el aditivo que evita que la gasolina se auto inflama antes de tiempo, por ello es necesario que los vehículos de altas prestaciones o de gran rendimiento mecánico utilicen 97 octanos. «Si se tiene un auto promedio no es necesario un octanaje tan alto y una de 95 bastará, más aún si siempre se transita en ciudad.

  1. Los biocombustibles son limpios y “verdes”

Debido a que la fotosíntesis de los cultivos destinados a la elaboración de combustibles remueven los gases de efecto invernadero de la atmósfera y pueden reducir el consumo de combustibles fósiles, hemos sido informados que los cultivos destinados a la producción de combustibles son “verdes”.

Sin embargo, cuando el ciclo de vida completo de los agro-combustibles es considerado – desde la adecuación y preparación de la tierra hasta el consumo vehicular – el moderado ahorro en las emisiones de gases efecto invernadero son sobrepasadas ampliamente por una emisión mucho mayor originada en la deforestación, quema, drenaje de turba, cultivo, y pérdida de carbón del suelo.

Cada tonelada de palma aceitera producida resulta en 33 toneladas de emisión de dióxido de carbono – 10 veces más que el petróleo [1]. Los bosques tropicales reemplazados por caña de azúcar para la producción de etanol emiten 50% más gases de efecto invernadero que la producción y uso de cantidades similares de gasolina [2]. Con relación al balance global de carbón, Doug Parr, científico inglés en Greenpeace menciona categóricamente: “Incluso si cinco por ciento de los biocombustibles son generados de la destrucción de los existentes antiguos bosques, se pierde toda la ganancia de carbón”.

  1. Mejor comprar un vehículo a gasolina antes que comprar un vehículo diésel

Solemos percibir que comprar motor diésel es una insensatez y que debes descartar de primeras este tipo de motorización. Lo cierto es que comprarse un vehículo diésel para hacer uso de él únicamente en ciudad ni tenía sentido ya antes ni lo tiene ahora. Pero existen muchos sectores para los que el diésel es la opción alternativa más inteligente. Hablamos de monovolúmenes, todoterrenos y grandes berlinas.

Por lo que el diésel prosigue siendo la opción más recomendable para cualquiera que recorra muchos kilómetros. A día de hoy es innegable que ofrece el menor consumo de combustible en relación a su autonomía.

Comprar un vehículo diésel o gasolina dependerá la elección de este motor de las necesidades de cada persona:

¿Vas a darle suficiente uso al coche y realizar largos recorridos?

¿Lo vas a utilizar para ir al trabajo cada día (X km/día) o sólo puntualmente para hacer la compra?

¿Harás una media de 150000km/año o más?

Si 2 de estas 3 preguntas son “sí”, te convendrá comprar un coche con motor diésel.

  1. ¿Contamina el diésel tanto como dicen? La respuesta es clara: no.

La aplicación de normativas más exigentes y restrictivas con las emisiones de gases de efecto invernadero ha hecho que la industria automovilística dedique todos sus esfuerzos a fabricar vehículos más limpios, y en especial los diésel. Con la entrada en vigor de la Euro 6, los vehículos con este combustible fabricados a partir de septiembre de 2014 emiten un 30% menos de dióxido de carbono y un 85% menos de óxidos de nitrógeno que turismos de hace diez años. Este es el mito más extendido, pero hay otros.

  1. Los vehículos con ‘emisiones cero’ son la mejor opción.

Lo serían, pero los vehículos con emisiones cero no existen. Los coches eléctricos consumen energía proveniente de los combustibles fósiles, sin contar los costes medioambientales de producción y desechos de las baterías de litio. Solo un tercio de la contaminación de partículas PM10 y PM 2,5 procede del tubo de escape de los coches de gasolina.

¿Qué pasa con las alternativas a este combustible? Un futuro más sostenible no pasa por la gasolina, pero tampoco por los vehículos eléctricos.

El Libro Verde recuerda que si se tiene en cuenta la huella de carbono (que analiza globalmente todo el ciclo de vida de un vehículo), no hay grandes diferencias entre las diferentes opciones, ya que los eléctricos también consumen energía generada a partir de combustibles fósiles. El reto, por tanto, es global. Y eso demuestra que al diésel le quedan aún kilómetros de recorrido.

  1. La espuma me la cobran como si fuera líquido

La espuma que se genera cuando cargamos y que produce, sobre todo, el diésel- no nos la cobran. Esa espuma se produce cuando el combustible se mezcla con aire en el boquerel y en la toma de combustible, pero cuando el líquido pasa por el medidor volumétrico no contiene ninguna clase de burbujas.+

  1. Si el surtidor va lento, entra menos combustible del que marca

Es cierto que cuanto menor es el caudal, más tiende a aumentar el error. Y precisamente por eso se realizan dos pruebas, una a caudal máximo y otra a caudal reducido. Sin embargo, mientras nos movamos por encima del caudal mínimo del surtidor -unos 5 litros por minuto- deberíamos estar dentro del 0,5% de margen. Dicho esto, es posible que algunas estaciones decidan ajustar caudales bajos para dar la impresión de que entre más combustible a la hora de cargar a costa de tener los surtidores ocupados durante más tiempo.

  1. ¿Caduca la gasolina? ¿Y el Diésel? ¿Pierden propiedades con el tiempo?

El proceso de degradación de los combustibles consiste en una oxidación de los hidrocarburos que genera compuestos insolubles y gomas que pueden dar problemas en el almacenamiento, transporte y uso final del combustible. Los factores que afectan de manera más importante a esta degradación son la composición del combustible, el paso del tiempo, la presencia de oxígeno, la incidencia de la luz, el sometimiento del combustible a altas temperaturas y la presencia de metales que actúan como catalizadores de las reacciones de oxidación”.

“Por tanto la duración de un combustible depende de varios factores, tanto relacionados con la propia naturaleza del combustible (origen, composición, contenido en biocombustible, etc.), como con factores externos (incidencia de luz, alta temperatura, presencia de metales o presencia de agua). La experiencia indica que periodos superiores a 3-6 meses pueden provocar la desestabilización de gasolinas y diésel, alterando sus propiedades físico-químicas y generando residuos que pueden dar lugar a problemas”.

Sin embargo, también es verdad que las nuevas fórmulas “garantizan una conservación de los combustibles durante periodos superiores a 12 meses, protegiendo el sistema de alimentación e inyección del motor y optimizando la combustión”.

CLAVES PARA AHORRO DE COMBUSTIBLE

Las tres claves de una conducción eficiente que sirva para ahorrar gasolina pasan por: no realizar aceleraciones fuertes, no realizar frenadas bruscas y circular con la marcha más larga que sea posible.

De todas ellas, la tercera es la más importante y la que más combustible permite ahorrar. De poco servirá, por ejemplo, subir una cuesta dando gas a tope por no querer bajar de marcha o tener girar el puño tope porque estamos en quinta a 60 km/h.

Estas prácticas pueden ser tan malas como someter el motor a cambios bruscos y además te pondrán en peligro en carretera. La clave está en circular con la marcha más larga a bajo régimen siempre que sea posible, no suponga un riesgo (por ejemplo, si estás adelantando) y tenga sentido.

La prevención también ahorra combustible

Como tantas cosas la prevención también es un buen amigo del ahorro de combustible. Existen muchos estudios y aproximaciones a este tema, en algunos, podemos encontrar cifras del escándalo. Cifras que nos dicen que, por ejemplo, un vehículo con una mala puesta a punto y al mantenimiento puede generar un sobrecoste anual en el gasto de combustible por encima del 40%. Calcula tu gasto en combustible y suma o resta este 40%, verás que la cantidad es realmente apreciable.

Aquí entran en juego cuestiones básicas como la puesta a punto del motor, pero también otras cosas que a veces tenemos menos en cuenta. La propia presión de los neumáticos, de la que ya hemos hablado anteriormente, el exceso de carga en el vehículo, un mal mantenimiento mecánico que lleve a una pérdida de aerodinámica. En el caso de los coches, por ejemplo, el uso de determinados climatizadores supone un aumento del gasto espectacular.

Mantener el vehículo siempre a punto, en buen estado de revisión general, también es una buena idea para el ahorro de combustible. Además, es una buena idea para prevenir posibles averías.

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