Suspensión neumática o hidráulica

El sistema de suspensión del vehículo se encarga principalmente de mantener su estabilidad durante el desplazamiento, esto se logra mediante la anulación del efecto de las irregularidades del camino sobre la carrocería y el resto de los sistemas que integran el auto.

Suspensión hidráulica y neumática, qué son

La suspensión hidráulica es más antigua, consta básicamente de recipientes llenos de líquido a base de componentes etílicos o alcoholes (lo que permite mantener la estabilidad química a altas temperaturas). La principal diferencia del sistema hidráulico es la ausencia de muelles (o resortes) en los amortiguadores, esto permite una oscilación más suave del vehículo.

La suspensión neumática es el sistema utilizado en los vehículos más modernos y en los modelos de alta gama, su funcionamiento se basa en aire comprimido a alta presión y un sofisticado sistema de sensores.

Básicamente las ballestas, resortes o barras de torsión se sustituyen por dispositivos que funcionan como “cojines de aire” que regulan la rigidez para la absorción de impactos y la altura del vehículo respecto a la superficie que transita.

Cómo saber qué tipo de suspensión es mejor

La respuesta a qué tipo de suspensión es mejor se podría encontrar en el uso que se le dará al vehículo y el presupuesto con el que se cuenta para su mantenimiento.

En primer lugar, la suspensión hidráulica es mucho más confortable que los sistemas rígidos de muelles o ballestas, el objetivo del sistema hidráulico es ofrecer una conducción suave. Aunque se ha logrado mucho en materia de confort y control, no es 100% eficiente cuando se requiere un mayor nivel de desempeño.

En la actualidad los sistemas hidráulicos están vigentes y gozan de gran popularidad en vehículos de exhibición y concurso porque permiten que la carrocería se eleve o descienda considerablemente a elección del conductor; además, permiten el conocido “efecto de salto” de ciertas competiciones tunning.

Suspensión neumática y los SUV

El sistema neumático es ideal para los SUV y los vehículos todoterreno debido a su gran capacidad de adaptación de la altura del chasis, también ha funcionado muy bien en modelos de Audi, Volkswagen y Rolls-Royce.

Además de la gran capacidad de adaptación que ofrece a las irregularidades de la carretera:

Regula la altura del vehículo manteniendo el chasis a la misma distancia del suelo, esto puede ser automático o regulado manualmente.
Se aplica a vehículos con cualquier tipo de tracción, trasera, delantera o en las cuatro ruedas.
Es altamente eficiente en cualquier tipo de carretera.
Los sistemas más avanzados incluyen un computador equipado de múltiples sensores que, utilizando la velocidad y forma de conducir de quien esté al volante, regula la altura y rigidez del vehículo.
El sistema neumático incrementa el valor del vehículo debido a la sofisticación de su sistema, sin embargo, los conductores afirman que bien vale lo que se paga por ello porque el costo se traduce en mayor rendimiento, seguridad y vida útil del vehículo.